Medios móviles: conceptos móviles

 

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En un reciente artículo publicado en El Mercurio, acerca de la dependencia del teléfono móvil, fui consultado al respecto, y la verdad es que si bien creo que la opinión fue bastante contextualizada en relación con el objetivo, se me vinieron a la cabeza, varias ideas y conceptos en torno a la investigación sobre los aparatos móviles y en fin, sobre la presencia de estos en nuestras vidas.

En el artículo, me refería esencialmente al inédito cambio espacio temporal producido por el teléfono móvil: la dependencia espacio-temporal de los lugares, ya puede ser superada. Y el teléfono móvil como tecnología  de la telepresencia (así como el teléfono fijo y el telégrafo), está definiendo nuestro tiempo-espacio actual, lo que por cierto, redefine también a la cultura.

Metáforas que describen cambios

Stephen Graham (cuando Internet era recién un poquito más que una idea loca) en un maravilloso artículo del año 1998 titulado, «The end of geography or the explosion of place? Conceptualizing space, place and information technology», se refería a las metáforas espaciales, expresiones con las que se trataba de empalabrar (Duch, 2010) este nuevo mundo. Graham  se refería a expresiones tan cotidianas como ciber-café, ciber -carretera o ciber-espacio entre otras, y que remitían a la compleja relación entre lo físico y lo digital. De paso digamos que inicialmente, varios autores plantearon que la distancia y lo físico desaparecerían ante la llegada de lo digital (bajo la mirada de la substitución), lo que sabemos no ocurrió. De esta época igualmente, bien conviene revisar conceptos como Neogeografía, VGI o Digiplace, de Zook y Graham.

Con la llegada y penetración (la más rápida de la historia de los medios) de los teléfonos móviles, también ocurrió algo similar y que en este caso tiene relación con el cambio histórico en la forma de definir el espacio-tiempo. Nuevas expresiones que provienen de la necesidad de explicar el nuevo escenario, como «pinchar», «estar en modo……», «textear», entre otras.

Personal, portable y pedestre 

Siempre es bueno recordar que en el año 2005,  Mizuko Ito, Misa Matsuda y Daisuke Okabe, editaron un libro que definió en gran parte los estudios sobre aparatos móviles de nombre, Personal, Portable, Pedestrian. Mobile Phones in Japanese Life, que describía los usos y apropiaciones que le daban los adolescentes japoneses a los teléfonos móviles.

A  diferencia de otros medios, el uso que le damos al teléfono en su cotidianidad hace que pase desapercibido como extensión del cuerpo (Mac Luhan, 1969) y que su estudio a veces no sea tan asequible.  Por ejemplo y a pesar de su uso intenso, los smartphones según un estudio de Fotunati (2014), han sido vagamente definidos. Aún más y en otra muestra de este escenario móvil (en todo sentido), el estudio citado señala que la utilidad más usada del móvil es la alarma. Es decir, usamos los smartphones como teléfonos móviles tradicionales.

Conceptos móviles para medios móviles

Hablemos de algunos conceptos  que describen perfectamente nuestra vida hiperconectada y móvil.

La microcoordinación describe por ejemplo ese constante reorganizar de eventos y tiempos que hacemos a menudo con el móvil, como señalan Ling e Yttri (1999). Vamos llegando tarde y llamamos (o texteamos) de que tardaremos más:»llego en 10 minutos más». O también cambiamos el lugar de reunión: «mejor espérame en tal calle», «estoy en la esquina» o un clásico, «desde aquí te veo». Microcoordinamos constantemente, tal vez nadie diga, «estoy microcoordinando», pero lo hacemos a diario en tiempo real.

Aunque nos parezca que forma parte de otra época, hasta hace pocos años cuando realizábamos un viaje, estábamos incomunicados. Si, estábamos aislados, como en una cápsula. Ahora no, cuando subimos al tren o al autobús, vemos que la gente ve películas,  escucha música, pero también mucha gente revisa su horario, lee material de estudio, o envía un e-mail urgente. Todas estas acciones describen el llamado tiempo Lázaro (Perry et al., 2001 ), que permite «resucitar tiempos muertos» y convertirlos en productivos.

La presencia conectada (Licoppe, 2004) describe por su parte, esa actividad que realizamos a diario con nuestra familia y personas con las que tenemos afectos y que se traduce en mensajes breves o llamadas cortas: un «te quiero», un emoticón con el dedo arriba, un «besitos, que vaya bien». Mensajes breves que mantiene el afecto móvil durante el día, cuando se sale de casa. Si, el afecto también puede ser móvil.

Remote mothering: la madre a distancia

La preocupación y operativización en torno a las actividades de los hijos (con una fuerte asociación con las actividades escolares), en además una clara construcción de género se denomina maternidad remota. Si bien es un concepto que Rakow y Navarro describieron en el año 1993, sucesivos estudios posteriores y muy recientes señalan como el concepto aún pervive y se manifiesta como una perpetuación de los roles tradicionales de género.

Para los autores, la mujer lleva su mundo privado al público y los hombres, su mundo público al privado. Perpetuación, porque esta maternidad remota (maternidad) es según los estudios, ejercida por las mujeres, asume también características de dependencia madre-hijos para ambos, y con perjuicios para ambos en lo que Rizzo (2015) define como cordón umbilical, un cordón que nutre, pero también que ata.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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